viernes, 28 de julio de 2017

EN LUCHA CONTRA LOS BICHOS RAROS

No quiero que el título de esta nueva entrada pueda llevar a alguien a la confusión así que lo primero que quiero dejar claro es que no es un alegato a favor del “bullying”, el acoso escolar o laboral, pero sí contra un abusón que destroza miles de familias cada año como es el Cáncer. Dentro de la familia de esta enfermedad a la que yo me refiero como “bicho” hay algunos parientes a los que se les define como “raros” porque son poco frecuentes. Según OMS (Organización Mundial de la Salud) una enfermedad se considera rara cuando tiene una incidencia menor a cincuenta nuevos casos anuales por cada millón de habitantes.  La industria farmacéutica no apuesta por la investigación de estas enfermedades raras porque no le son suficientemente rentables.

Mi bicho es de los raros pero hay muchos más. En los últimos meses en un entorno muy cercano a mí se habla mucho de otro pariente de este tipo como es el SARCOMA, otro bicho raro que se puede curar pero que todavía hace que pierdan la vida un buen número de personas y lo más duro es que afecta sobre todo a niños y jóvenes.

Iván es uno de esos jóvenes que tuvo que lidiar con el bicho que finalmente acabó con su vida. Tenía 25 años y todo una vida por delante con la que acabó el sarcoma. Entonces, sus amigos y familiares decidieron relevarlo en esa lucha desde fuera: buscando financiación y apoyos para conseguir que se investigue en ese ámbito y cada vez haya que lamentar menos marchas de otros “Ivanes“.  


Prácticamente todo su pueblo se ha volcado con una iniciativa que sus allegados han puesto en marcha para logar su objetivo. Colectivos locales, empresas, entidades financieras, instituciones públicas y personajes populares están apoyando el festival que se va a celebrar el sábado 29 de Julio en Quesada (Jaén) y cuya recaudación irá destinada íntegramente al GEIS (Grupo Español de Investigación de Sarcomas). Aunque aviso un poco tarde todavía estáis a tiempo de acudir a ese encuentro y disfrutar de la música, de la hospitalidad de los quesadeños y de los magníficos paisajes que rodean a este municipio serrano. Asimismo han habilitado un número de cuenta para que aquellas personas que no pueden desplazarse pero quieren colaborar, puedan hacerlo (ES66 2100 2064 1101 0033 5755).

Y… porque Iván somos todos: “juntos venceremos al bicho”, IvanRock_Festival “No dejes de soñar”


martes, 25 de julio de 2017

LA HORA MÁGICA DEL CAMPO


El bicho, en el tiempo que lleva viviendo en mi cabeza, ha mermado algunas de mis capacidades pero también me ha permitido descubrir pequeñas cosas que me hacen disfrutar, una de ellas es el “Silencio”.

El silencio puede ser molesto para algunas personas, para mi, antes era incómodo en determinadas ocasiones pero, ahora no. Lo que no soporto es el ruido que antes no me molestaba y que ahora me provoca dolor de cabeza; también el chillerío de los niños en la calle, la música alta en los locales de ocio, el volumen que alcanzan las conversaciones cuando participamos en ellas muchos interlocutores, etc.


Por eso ahora disfruto del silencio. Si estoy sola en casa no enciendo la tele hasta la hora de los informativos, la música o la radio suenan a poco más que un susurro y, cuando se dan las circunstancias apropiadas, hago un ejercicio con el silencio. 
Hoy por ejemplo. He subido a leer a la terraza de casa. Está en una zona poco transitada en el centro del pueblo y cómo a esa hora casi todo el mundo había hecho sus tareas en la calle, el silencio lo invadía todo. En un momento apoyé el libro sobre mis piernas y cerré los ojos. Tan solo unos segundos después y, escondidos en el silencio, reconocí el sonido del repartidor de cerveza descargando barriles a la puerta de un bar cercano; al panadero que con el habitual toque de la bocina de su furgoneta avisaba a los vecinos, varias calles más abajo, para que salieran de sus casas a recoger los encargos; María, la vecina de la casa de atrás, tarareaba una canción de Carlos Cano mientras, supongo, regaba las macetas de su patio y alguien practicaba con la trompeta en algún sitio que no he logrado identificar. De repente me he dado cuenta de que ya no se oyen los graznidos de los cientos de “pájaros avión” que inundan el cielo cada verano y es que los mayores van a tener razón cuando afirman que estas aves se marchan para el día de Santiago aunque no sepan decir adonde.


En ese momento he recordado una revelación que nos hicieron a un grupo de mujeres que nos alejamos de la ciudad para disfrutar del silencio durante la salida de la ultima luna llena. En un lugar cargado de restos históricos de la época de los íberos y donde los ecos de la más mínima civilización se perdía en el horizonte, una mujer experta y amante de ese territorio y del mundo rural nos descubrió cual era su momento preferido en el campo. Era el que llamó “la hora mágica del campo”. No son sesenta minutos exactamente, es tan solo un “rato” en el que el campo se queda sin sonidos. Sus moradores diurnos vuelven a sus guaridas, nidos, madrigueras …  y los que viven al cobijo de la oscuridad no han abandonado aún sus escondites. Entonces todas guardamos silencio de nuevo y observamos nuestro alrededor: las dos águilas que nos habían estado vigilando durante el atardecer ya no se divisaban en el aire, tampoco corrían cerca nuestra la multitud de conejos y/o liebres que nos habían visitado las horas previas incluso el aire que movía la hierba unos minutos antes había dejado de agitarla. Todo quedó inmóvil durante unos momentos (excepto los insectos, todo hay que decirlo).

Desde aquel día, cada tarde que tengo tiempo, intento apartarme unos kilómetros del ruido de la ciudad y volver a disfrutar de esa magia. Os invito a hacer lo mismo, creo que es la hora mejor invertida del día.



jueves, 8 de junio de 2017

Escala de grises

Somos muy dados a criticar y buscar la controversia en cualquier situación. La última surgida estos días es la petición a los gobiernos autonómicos para que rechacen la donación que la Fundación de Amancio Ortega ha anunciado para la renovación de equipos médicos de la sanidad pública para el diagnóstico y tratamiento del cáncer. Las voces críticas argumentan que lo hace para mejorar la imagen pública del hombre más rico de España y reclaman más financiación pública contra las "limosnas" y la caridad de personajes como el citado.

Algunas organizaciones le exigen, frente a los gestos de filantropía, cumplir con su obligación de contribuir con el erario público en proporción a sus beneficios como el resto de los ciudadanos. Y yo me pregunto, ¿por qué no las dos cosas?, ¿por qué no se lo exigimos también a otros personajes igualmente adinerados?.

No creo que las cosas sean blancas o negras, la escala de grises también está ahí. No pienso que todas las opciones sean excluyentes. Y me pregunto que por qué no pedirlo todo: que cumplan y que compartan. Puestos a pedir,  ¿por qué no hacemos una reclamación pública para que las personas más influyentes de nuestro país (políticos, grandes empresarios...), además de cumplir con la hacienda pública (no lo escribo con ironía), hagan de manera habitual un gran donativo para alguna organización que trabaje por mejorar la vida de los demás?. Creo que así también conseguiríamos introducir algún color en esa escala de grises en la que vivimos.


martes, 30 de mayo de 2017

MOMENTOS DE FELICIDAD

"Momentos de felicidad" es el título de mi última reflexión escrita y que hace unos días fue publicada en un medio de comunicación digital de Jaén, recién nacido y al que le deseo larga vida. Lo tiene todo para que así sea: buenos profesionales del periodismo, trabajadores incansables, curiosos, atentos, comprometidos, valientes, amigos... Os animo a leerlos en La contra de Jaén, con otra mirada

Y creo que lo justo es compartir con todos vosotros ese escrito ya que sois las primeras personas que confiaron en mí siguiendo este nuevo diario que comencé a escribir hace pocos meses. A continuación os dejo el enlace donde leerlo.
¡Sed felices hoy, ahora, no hay que esperar a mañana!

Momentos de felicidad




lunes, 3 de abril de 2017

CINCO MINUTOS


Después de darle muchas vueltas he pensado que antes de seguir escribiendo sobre "bichos" lo justo es que os presente al mio.

Mi bicho es algo así como una visita que toca el timbre de casa cuando tú estás a punto de salir. Llega sin haber avisado antes; cuando abres la puerta te empuja para pasar, va hasta el salón y se sienta en tu sofá. Tú, por educación, le preguntas si necesita algo porque ibas a salir en ese momento y tienes una cita muy importante a la que no quieres llegar tarde.

La visita te mira sorprendida como queriéndote decir que si hay algo más importante en ese momento que escucharla a ella. Le preguntas si no puede dejar la conversación para otro momento que, de verdad, tienes que salir y le dices que cuando vuelvas la llamas y habláis tranquilamente. "Cinco minutos, en serio, no te voy a entretener más de cinco minutos, escúchame y en cinco minutos me voy", dice. Los cinco minutos se convierten en veinte. Cabreada, miras el reloj y te das cuenta de que ya es tarde para acudir a tu cita y que esa visita se te va a hacer eterna.

Pues así, de esa manera, una situación que estoy segura que muchos de vosotros habéis vivido en alguna ocasión, fue como el bicho entró en mi vida. Lo hizo en el momento menos adecuado (no creo que haya ninguno que lo sea) cuando había decidido dar un giro a mi vida: trabajo nuevo, país nuevo, idioma nuevo y mil novedades que esperaba descubrir. ¡Y tanto que se lo di!, fue ese el momento en el que el bicho llamó a mi puerta y todavía no he conseguido que se levante del sofá.

Lo llamo "El Bicho" porque soy incapaz de recordar su nombre, "Gliomatosis Cerebri", y me resulta más fácil la otra expresión. El bicho, además de un nombre difícil y una imagen difusa, tiene un carácter más que complicado y un fondo malvado. Nuestra convivencia desde que se adueñó de mi sofá es un tira y afloja, una lucha constante en la que ningún día puedo bajar la guardia porque sé que cuando menos lo espere me pondrá la zancadilla. Aunque ya me he acostumbrado a su presencia, no dejo de soñar que un día se levantará y me dirá que mi sofá ya no es lo cómodo que era y que se va a su casa.

Sí, ya sé que muchas personas habrán reconocido a mi bicho porque otros seres de su especie con el mismo o distinto nombre también han llamado a su puerta y se han adueño de sus sofás. Para todas ellas va dedicado este blog, porque las personas valientes merecen que nos acordemos de ellas todos los días.


foto: gcregistry.com

                                                       

                                                        

martes, 7 de febrero de 2017

ESOS PEQUEÑOS BICHITOS


Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, "bicho" es un animal pequeño, especialmente un insecto. Pero, como muchas otras palabras ésta tiene más acepciones, todas ellas con carácter despectivo: persona aviesa, de malas intenciones; se llama bicho a una persona de manera despectiva y en el mismo sentido, a cualquier animal.

Conozco a una chica que la palabra más cariñosa que ha encontrado para llamar a las personas que más aprecia es "bicho" así que yo ampliaría la cobertura de esta palabra. Bicho es algo así como la palabra "cosa", un comodín que nos sirve para dar nombre a diferentes seres.

Yo tengo un BICHO que os presentaré más adelante. Ahora he querido hacer un experimento y ver qué es para otras personas "un bicho". Escogí a un grupo de niños (hijos de amigos y primos) para hacer esta prueba porque sus cabecitas aún mantienen parte de la inocencia con la que nacen y no han sido contaminadas con imágenes estereotipadas. Les pedí que me dibujaran un bicho, no les dije nada más. Unos llenaron el folio de colores, otros lo dejaron en blanco y negro, pero la mayoría pintaron un personaje simpático y/o fantástico.

Pablo, con apenas dos añitos, no supo hacer con el lápiz de color algo más que dos garabatos pero pintó su bicho. Su hermano mayor, Daniel, con cuatro años dibujó lo que, a mi mirada ya contaminada, parece una porción de queso con ojos y boca. Las mariposas, hormigas y mariquitas son los insectos que más se han repetido en las obras de estos pequeños. Itziar, Fernando, Hugo A. y Elena, han apostado por estos bichos mientras que al dibujo de Sofía le encuentro un gran parecido con un emoticono de whatsapp, ¿qué será?.

Algunos han demostrado tener una gran imaginación y, además de crear un ser medio alienígena, se han atrevido a poner nombre a esa nueva raza imaginada por ellos. Ese es el caso de Javier que dibujó un "cangrejohormigamounstro", de Miguel con su "cocodrilosaurodragón" o la "Mari Mosquito Adán" que pintó Aitana y que tiene hasta apellido. Hay algunos que sigo sin poder describir, el de Hugo V, por ejemplo. El de Leire es claro y directo, como ella. El de Manolo...el de Manolo es divertidísimo y a la vez desconcertante, ha pintado, creo, todo lo que sabe pintar: el centro de la colorida composición es un casa, rara como ella sola, con diez patas en los laterales y varias cabezas saliendo por las ventanas; alrededor hay más casas y personas pero ya más normales.

La dulzura de Alba, de Natalia y de Andrea quedan reflejadas en sus tiernos bichos. El bicho de César es sonriente y ganador y el de Naiara, éste es otro de los que me dejó sin palabras.

Sigo admirando la capacidad de invención que tienen los niños y siento una profunda tristeza cuando conozco casos en los que se les arrebata esa inocencia, imaginación e ilusión que debería ser lo más importante de sus vidas.

A todos estos niños les agradezco su cariño y su generosidad conmigo a través de sus dibujos que ilustran este nuevo blog, que hoy ve la luz  y que espera contar con vuestras lecturas y comentarios. Os invito a formar parte de este humilde diario de ruta.